Franco Alberto Soria Macías y Berele Borowsky son dos ciudadanos mexicanos en Israel que, en entrevistas con SinEmbargo, narraron sus experiencias en medio de los recientes ataques en la Franja de Gaza, ofreciendo dos perspectivas distintas sobre cómo enfrentan la compleja situación en la región.
Ciudad de México, 10 de octubre (Sin embargo).– “Es indescriptible lo que se siente cuando están bombardeando. Si interceptan el cohete arriba, vibra todo, incluso los vidrios. Escuchas el estruendo de los vidrios. Pero si cae el cohete —aunque sea a dos o tres manzanas— se siente el estruendo tremendo. El ruido es impresionante, es algo que no te puedo describir, ni siquiera cuando en la Ciudad de México se cae un edificio en uno de los terremotos, ni siquiera así se escuchaba. Es algo impresionante”.
Así narra Berele Borowsky, mexicano que reside en Israel, la situación que se ha vivido en los últimos días en Israel, frente a los ataques por parte de Hamás. El inesperado ataque del grupo terrorista el pasado sábado marcó uno de los eventos más mortales en Israel en décadas. Hamás utilizó explosivos para abrir brechas en la cerca fronteriza que rodea Gaza, y posteriormente cruzó la frontera en motocicletas, camionetas, parapentes y lanchas en la costa.
El conflicto, que ha dejado más de mil muertos en ambos bandos, ha generado diferentes reacciones entre los gobiernos de Latinoamérica, que desde el fin de semana han expresado preocupación por los ataques. En México hay preocupación y principalmente por la comunidad mexicana que se encuentra en dicho país.
Franco Alberto Soria Macías y Berele Borowsky son dos ciudadanos mexicanos que viven en Israel, quienes en entrevista con SinEmbargo, narraron sus experiencias en medio de los recientes ataques en la Franja de Gaza, ofreciendo dos perspectivas distintas sobre cómo enfrentan la compleja situación en la región.
Franco, quien viajó a la región junto con su esposa y sus dos pequeñas hijas de vacaciones, describe la situación de desesperación que sienten los turistas que desean salir de la zona antes de que el conflicto se intensifique aún más y dificulte su partida.
En contraste, Berele se mudó a Israel hace siete años. Actualmente reside en Asdod, una comunidad a 23 kilómetros de la frontera con Gaza. Él relata el horror cotidiano de vivir bajo la amenaza constante de ataques.
VARADOS EN ISRAEL
Franco Soria, originario de Guanajuato, llegó el 30 de septiembre a Israel con su esposa, Suggey Oñate y tres hijos, incluyendo un bebé de tan solo un año. Acudieron a ese país con la esperanza de disfrutar de unas tranquilas vacaciones en Tel Aviv. Sin embargo, quedaron atrapados y están a la espera de salir lo antes posible pues temen que si el conflicto escala será más complicado dejar el país.
“Vinimos de paseo. Llegamos aquí el 30 de septiembre a la ciudad de Tel Aviv y nos desplazamos. Estamos en Jerusalén, estamos en un Airbnb que rentamos al inicio y estamos cerca de la Ciudad Vieja, afortunadamente estamos dentro local en una de las zonas más seguras del país. Aún así, ha habido ataques, ha habido explosiones cerca”, platicó en entrevista con SinEmbargo.
“Nuestro vuelo de regreso programado para el 8 de octubre fue cancelado por la aerolínea, y no hemos recibido ningún tipo de apoyo por parte de la misma", lamentó Franco Soria.
Sin recibir apoyo alguno de la aerolínea, Franco y su familia se encontraron varados en medio de un conflicto que va en aumento, aunque señala que se han encontrado con un pueblo que lo ha apoyado.
La familia se encuentra en un edificio que cuenta con un pequeño refugio en la parte inferior, diseñado para resguardarse durante ataques aéreos. Cada vez que suena la alarma en la zona, la familia Soria se apresura hacia un pequeño refugio en su edificio. La alarma anuncia la inminencia de ataques aéreos, mientras que las detonaciones retumban en el cielo y en la tierra.
“Nos permitieron estar aquí sin costo, estamos entre lo que cabe estamos bien, con alimentos, pero con miedo, son momentos de tensión donde hemos visto estallar los cohetes encima de nosotros los estalla el sistema de protección israelí que tienen para radicar los cohetes. Este dentro de lo que cabe aquí cerca no ha caído ningún cohete. Lo más cercano ha sido en una conexión de Jerusalén a Tel Aviv, hemos visto las humaredas, hemos escuchado las detonaciones todo el día, se escuchan las detonaciones. Hemos tenido que utilizar el refugio antibombas y bueno, pues afortunadamente hemos podido hacer que nuestros niños estén relativamente tranquilos".
Franco describe que mantener la calma es esencial, especialmente para los niños pequeños de la familia, quienes deben ser distraídos con historias sobre el refugio o cualquier otro medio para disipar el miedo.
“Yo no puedo caer en pánico. Entonces tratamos de mantener la calma y les decimos (a los niños) que vamos a conocer el refugio que vamos a tomarle fotos y los bajamos, Nosotros nos tenemos que mantener con relativa calma, porque para nosotros es importante que ellos estén calmados. Entonces este pues tenemos que demostrar tranquilidad, obviamente por dentro estás con el nerviosismo de que (los misiles) no caigan cerca de ti”, explicó.
Franco también destacó la situación de sus compatriotas mexicanos en Israel. Explicó que algunos han logrado salir hacia Jordania por tierra, pero otros se encuentran varados en el aeropuerto, enfrentando gastos inesperados y la incertidumbre de su regreso a México. Estima que al menos 50 mexicanos comparten su situación.
“Hay gente que está en el aeropuerto en este momento, son bastante gente que no está apoyada por la aerolínea que están sufragando sus gastos. Obviamente tú como turista traes cierto tope de gastos y esto sale de tu presupuesto, entonces ellos están sufragando de su bolsa toda esta situación y todos nos hemos apoyado dentro de lo cabe, hemos tenido comunicación, nos hemos dado apoyo moral, es por ello que también pido que la gente del aeropuerto sea ayudados”, señaló.
En cuanto al apoyo de las autoridades, Franco menciona que han logrado establecer contacto directo con el Embajador de México en Israel, quien les ha prometido ayuda en su eventual evacuación. Aunque no cuentan con una fecha exacta de regreso, tienen la esperanza de que las autoridades hagan todo lo posible para garantizar su seguridad.
No obstante, el ciudadano mexicano dijo que hay una urgencia de salir ante el temor de que escale el conflicto.
“A las autoridades queremos pedirles que se den prisa porque la situación en el país [...] no tarda en escalar, esta situación va a empeorar. Que nos ayuden a salir pronto, porque de otro modo ya se nos va a complicar más la salida”, detalló.
La Canciller mexicana Alicia Bárcena compartió en redes sociales que, hasta el momento, se han registrado 500 connacionales en el formulario de emergencia que habilitó el Gobierno federal para darles auxilio.
Además, reiteró que, en coordinación con la Embajada de México en Israel, la Oficina de Representación en Palestina y la Directora General de Protección Consular y Planeación Estratégica de la SRE, Vanessa Calva Ruiz, mantendrán su compromiso y responsabilidad para asistirlos.
VIVIR ENTRE ATAQUES
Berele Borowsky es un mexicano que reside en Asdood, una ciudad ubicada a unos 23 kilómetros de la frontera de Gaza, relató cómo es vivir en una zona de conflictos. El ciudadano mexicano destacó que se trata de una incursión sin precedentes, en la que grupos de terroristas ingresaron al territorio israelí, cometiendo actos de violencia indiscriminada.
"Me tocó ver imágenes de las calles de cuerpos tirados en las calles, una banca con ancianos que fueron acribillados".
Borowsky explicó que, al igual que en otras ciudades cercanas a Gaza, existe un sistema de defensa conocido como "Cúpula de Hierro". Aunque este sistema es efectivo para interceptar muchos de los cohetes que son lanzados desde Gaza, no siempre logra detenerlos todos. Esto significa que, incluso en estas áreas, la población se ve expuesta a constantes amenazas.
El testimonio de Berele es claro en cuanto al impacto que tiene en su vida cotidiana y en la de su comunidad. "Yo estoy acostumbrado a las sirenas. A mí no me impacta realmente. Sin embargo, cuando están mis hijos aquí sí. Tengo muchA mayor preocupación por ellos, más que por mí".
Berele también compartió detalle sobre los eventos recientes en la región.
“Hoy (ayer) cayeron cuatro cohetes de decenas que aventaron, uno de ellos cayó aquí apenas a una manzana caminando. Son 5 minutos de donde estoy yo. En Ashkelon, que es la comunidad hacia el sur, están cayendo cohetes diario, porque el Sistema Cúpula de hierro es un sistema defensivo, no es un escudo, es decir, no detiene todo. Por ejemplo, si te avientan 200 misiles, que detenga 180 es maravilloso, pero otros 20 caen, en despoblado o en este o en vía pública o en algún edificio. Entonces ese es terrible lo que se está viviendo actualmente aquí”, narró.
Detalló que tienen indicaciones de cerrar casas a menos que sea indispensable. Niños menores de 16 años tienen prohibido estar en las calles, mencionó. En caso de avistar a una persona desconocida o sospechosa, se alienta a los residentes a reportarlo de inmediato a las autoridades locales.
El temor se ha acentuado debido a la naturaleza de esta incursión, que según Berele, es inusual y no había ocurrido en décadas. Las medidas de seguridad se han intensificado para proteger a la población local.
En cuanto al sistema educativo, las escuelas en la región están cerradas debido a los constantes ataques. Aunque en situaciones anteriores se han realizado clases en línea a través de plataformas como Zoom, en la actualidad no se ha anunciado la continuación de estas clases. En su lugar, se están llevando a cabo reuniones y apoyo psicológico para niños y adultos, incluyendo a los migrantes que residen en la zona.
Berele enfatiza la importancia de seguir las pautas de seguridad en caso de que suenen las alarmas.
“Lo principal, si suenan la sirenas, se escuchan balazos o cualquier cosa, es alejarse de ventanas, ir hacia el refugio de manera calmada y cerrar la puerta del refugio es lo principal. Nosotros en este edificio-refugio vivimos en la planta baja y el edificio tiene un refugio subterráneo. Hay refugios públicos también que están habilitados, pero si vas en la calle y no hay refugio público en el momento justo que está sonando alarma, las indicaciones son que todas las puertas de los edificios con refugio tienen que aparecer abiertas para que la gente ingrese refugiarse”, detalló.
La comunidad de mexicanos que reside en Israel está experimentando diversas reacciones ante la actual situación de conflicto en la región. Berele ha observado diferentes actitudes entre sus compatriotas.
En primer lugar, menciona que no ha visto un movimiento negativo generalizado entre los mexicanos que residente permanentemente en Israel. El ciudadano consideró que no parece haber un éxodo masivo de esta comunidad debido a la situación actual. La mayoría de ellos parece estar adoptando una actitud de cautela y siguiendo las indicaciones de seguridad.
En contraste, señala que ha notado un mayor deseo de regresar por parte de los turistas que se encuentran en la región. Algunos de ellos pueden tener reservaciones de vuelos y desean partir lo antes posible, incluso a pesar de la situación. Además, menciona que ha recibido contactos de mexicanos que desean ser voluntarios en la comunidad, mostrando su disposición para ayudar en lo que puedan durante estos tiempos difíciles.